martes, julio 8

Esta Mariana me pone en boludo

Será una histérica que no entrega más, pero cómo la extraño a la guacha.

Con Mariana nos conocemos de pibes. Nuestros viejos eran amigos y cuando nos íbamos al contry todos juntos ella y yo no nos despegábamos ni un segundo. Siempre fue un minón Mariana. Toda rubia, toda angelical. Todo el barrio le tenía ganas, pero el único que pudo comerle la boca (cuando crecimos un poco, obvio) fuí yo. Como los cagué. Me re odiaban en esa época.

Se supone que nos iban a casar hace unos años (cuando a mí todavía me decían Lord Robert), pero cuando se me murió mi viejo se cagó todo el plan. Más o menos por esa época el rey Ricardo estaba planeando irse a las Cruzadas (a las Cruzadas, ¡qué al pedo! ¡con lo lejos que queda Medio Oriente!) y el viejo de Mariana andaba con problemas de guita. Y entre una cosa y otra no se pudo. Pero sé que ella me sigue queriendo, aunque hace como seis meses que no la veo... Más exactamente, desde que tuve que esconderme en el bosque.

Encima el pelotudo este de Gisborne le tiene ganas desde hace bastante y me la quiso raptar, por eso el bardo este. Es amigo de Juan sin Tierra. Son de esa gente que antes de cocinar el asado le sacan la grasa. Cualquiera mal. El asado se come grasoso y con chimichurri, sino sos puto.

Uh, ahora me dió hambre. Todo mal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pienso en un asado sin grasa y me baja la presión..